Es común salir a pasear en estas fechas por campos llenos de olivares que se encuentran cubiertos de miles de pequeñas flores blanquecinas. Nos encontramos ante la denominada floración del olivo, una etapa clave para la próxima cosecha.
Se desarrolla entre finales de abril y mediados de mayo, siendo este proceso variable en función de la zona geográfica en la que se encuentre el olivo, la variedad del mismo y el clima, entre otros factores.
¿En qué consiste la floración?
Es el comienzo de la vida, ya que supone un proceso de reproducción sexual en el que las flores esperan a ser fecundadas para convertirse en los próximos meses en aceitunas. Estas flores se agrupan en una especie de racimos, compuestos por una cantidad variable de flores que oscilan entre 10 y 40. El resultado es un paisaje de una belleza extraordinaria, un paisaje lleno de vida, que se extiende a lo largo de los meses de mayo y junio. Estas flores se denominan “muestra” o “trama”.
El proceso de floración dura una semana desde que una flor comienza a abrir hasta que finaliza, pero se puede alargar hasta tres semanas dependiendo de cuando abra cada flor del árbol. Es en este momento cuando la flor puede polinizarse por el polen que se encuentra en la atmósfera, quedando al fin fecundada. Este polen puede provenir de cualquier parte, pudiendo haber recorrido cientos de kilómetros hasta posarse en una flor.
El última paso del proceso de floración se produce cuando las flores pierden los pétalos una vez son fecundadas, produciéndose el “cuajo” y comenzando el nacimiento del fruto. De estos frutos, solo llegarán a convertirse finalmente en aceitunas un 2-3% de las flores fecundadas.
El proceso de floración no sigue unos patrones similares cada año, sino que variará en función del desarrollo del árbol a lo largo del año. Se verá influenciado por las características del suelo, las temperaturas, la aportación de agua, etc.
Actualmente nos encontramos en pleno proceso de floración y parece ser un buen año. No obstante hay que tener en cuenta que aunque no ha habido heladas, las lluvias han sido escasas y es posible que el árbol no tenga suficiente agua para desarrollar el proceso de cuajado de forma eficaz. Será necesario esperar a que finalice junio para conocer los descartes que haga el árbol y establecer pronósticos para la próxima campaña.